El texto que sigue a continuación, surge de la petición que me hacen desde la asociación A Bao a qu con la intención de disponer de un texto base para elaborar unos materiales dirigidos a aquellas escuelas que acudirán a una proyección del cortometraje «Oblidant a Nonot» producido por producciones Doble Banda y que tendrá lugar en los cines Icaria en el marco “Catalunya Cinema” organizado por el ICEC y cuya programación, en parte, ha sido elaborada por la propia A Bao a qu.

OBLIDANT A NONOT (Diversas reflexiones)

La idea:

Puede sonar extraño pero nunca hice esta película pensando en hablar sobre el mundo de las personas sordas o acerca de la relación entre personas oyentes y personas sordas. Nada que ver, en realidad la película surge de una necesidad artística; en concreto de la necesidad que, en muchas ocasiones, uno tiene de investigar con aquello que sabe hacer, en mi caso de investigar y buscar nuevas formas de expresarme a través del cine. Y de ahí mi aproximación al mundo de las personas sordas pues ellas tienen la gran virtud de comunicarse, entre otros medios, con las manos. Una comunicación visual tan infinita y extensa, como compleja y maravillosa. Esa manera de comunicarse me fascinó y me pareció que era una forma de lenguaje muy rica, no sólo para las personas que la utilizaban, sino también para poder satisfacer esa búsqueda creativa que tanto me fascina y de la que espero seguir siempre enamorado.

Poster de la película diseñado por Gemma Martínez.

El guión:

La historia que se ve en la película está basada en una historia que le pasó a Violeta, la hija de Yolanda, una compañera de trabajo. Violeta es una persona oyente que a los seis años tenía una gata que se llamaba Nonot. Pues bien, Nonot un día se marchó de casa sin dejar ningún aviso y aunque eso le pareció a Violeta bastante indecente, decidió hacer muchos dibujos de su gata para colgarlos por el barrio con la idea de que su gata, al verlos, volviese. Yolanda, no sólo ayudó a su hija a colgar cantidad de dibujos en las farolas, en las marquesinas de autobús, en las paradas del metro, en los escaparates de las tiendas, sino que además, poco después, me contó esa historia con la intención de que yo pudiese hacer un guión.

Violeta Arana en un momento del rodaje junto a Diana Ferré. Fotografía realizada por Pablo García.

Entre esta idea que me contó Yolanda y la necesidad de investigar en el cine, decidí escribir el guión de “Oblidant a Nonot” cuya protagonista sería una niña sorda de seis años a la que se le perdía el gato tal y como, unos años antes, le había sucedido a Violeta.

Diana:

Diana es una niña que va a la escuela Tres Pins de Barcelona en la que niños oyentes y niños sordos comparten las aulas y aprenden juntos; eso les permite, tanto a los niños oyentes como a los niños sordos, aprender dos lenguas, la oral y la lengua de signos (LS).

Uno de los Primeros Planos de Diana que incluye la película. Imagen extraída del montaje original de Oblidant a Nonot.

Diana, en concreto, tiene una sordera media, pues no todas las personas sordas tienen el mismo grado de sordera. Hay personas que tienen una sordera leve, otras media, otras profunda, otras muy profunda… Si tienes una sordera media, como en el caso de Diana, puedes oír bastante y tienes facilidad para aprender palabras y comunicarte oralmente, por eso y porque hay escuelas como la de Tres Pins, Diana ha tenido la posibilidad de aprender con relativa facilidad las dos lenguas, la oral y la lengua de signos. En mi película me centro en el mundo de las personas sordas y Diana pasa a actuar como una actriz que, dirigida por mi, interpreta el papel de una niña sorda profunda. No en vano, este cortometraje es una ficción pese a que incluyo escenas documentales como las que podéis ver en el vídeo-entrevista que he incluido para acompañar este artículo. Se trata de un video en el que Rosó Folqué entrevista a Pepita Cedillo, ambas protagonistas, junto a los niños de la escuela Tres Pins, de este cortometraje.

Laura:

Laura, en la película, es una de las amigas de Diana, en concreto la que cuenta en lengua de signos el cuento del nido, los pajaritos y sus papas pájaros. Laura tiene una sordera mucho más aguda que la de Diana y gracias a que ha podido aprender, desde bien pequeña, la lengua de signos puede comunicarse muy bien con todas las personas que conocen esa lengua, entre otras, con sus padres que también son sordos profundos y es la lengua que dominan y usan. En cambio, a Laura le cuesta más que a Diana aprender la lengua oral pues Laura, al tener una sordera muy aguda, no puede oír los sonidos que ella misma produce y debe hacer gran esfuerzo para emitir las palabras. Como veis por lo que explico, Laura por ser sorda no es muda pues tiene las cuerdas vocales totalmente sanas y puede emitir sonidos como cualquier oyente; lo que le sucede a Laura y por eso tiene dificultades para emitir palabras es que no se escucha a si misma y por tanto le cuesta identificar los sonidos que producen sus propias palabras.

Laura, una de las niñas de la escuela Tres Pins que participó en la película. Imagen extraída del montaje original de Oblidant a Nonot.

Laura, en la escuela Tres Pins, aprende también a hablar oralmente trabajando con personas que se llaman logopedas y que tienen métodos diversos para que Laura, aunque no se escuche a si misma, pueda aprender a emitir correctamente el sonido de las palabras. Ella aprende a reconocer los sonidos, entre otras formas, observando los labios, notando el aire que expulsamos las personas cuando hablamos, palpando las mejillas y los labios de los demás para estudiar sus vibraciones y luego poder imitarlas, etc. Y así, con mucho esfuerzo y concentración, Laura, como otros niños que tienen una sordera profunda o muy profunda, va aprendiendo palabras que un día le ayudarán a comunicarse con las personas oyentes.

Pero Laura, tiene la suerte de estar rodeada en su escuela de otros niños oyentes que también han aprendido lengua de signos, así que aunque ella tiene una sordera profunda puede comunicarse también con esos niños oyentes a través de su lengua materna que es la lengua de signos. Y precisamente, porque la lengua de signos es la lengua materna y natural de Laura es muy importante que ella haya aprendido desde muy pequeña la lengua de signos pues así, enseguida, ha podido comunicarse con sus padres y con otros muchos niños y niñas que, como ella, usan la lengua de signos.

Rosó Folqué:

Rosó en la película interpreta a la madre de Diana pero en su vida diaria trabaja como intérprete de lengua de signos. Gracias a las personas como Rosó, muchas personas sordas pueden comunicarse con el mundo oyente y aunque no hayan conseguido aprender la lengua oral pueden acudir al médico, hacerse un pasaporte, comprarse un piso, ir a la universidad, entender las clases, ver las noticias y saber que pasa en el mundo, etc. Así pues una persona intérprete de lengua de signos permite que las personas de la comunidad sorda, que es una comunidad pequeña en relación a las personas de la comunidad oyente, puedan acceder a muchas de las cosas que son básicas para vivir con dignidad.

Rosó Folqué. Interprete de lengua de signos que en la película interpreta a la madre de Diana. Imagen extraída del montaje original de Oblidant a Nonot.

Pepita Cedillo:

Es la profesora en el corto y también en la escuela Tres Pins y la persona que, desde su experiencia como logopeda pero también desde sus propias vivencias como persona sorda, entiende perfectamente los miedos, las dudas, los nervios y las necesidades de los niños y niñas protagonistas del corto, que además también son sus propios alumnos.  Por su gran experiencia profesional en la docencia y por esa capacidad de saber, prácticamente sólo con una mirada, lo que sentían Diana, Laura, Aitor, Adriá y Víctor ha sido el alma de esta película y también mi vínculo con todas las personas sordas que han colaborado en hacer posible “Oblidant a Nonot”.

Pepita Cedillo en su clase de la escuela Tres Pins explicando a sus alumnos un cuento. Imagen extraída del montaje original de Oblidant a Nonot.

Pepita Cedillo, además de logopeda y profesora, ha escrito también los libros «Háblame a los ojos» y «Mira lo que te digo»  ambos editados por Octaedro.

 

Algunas de mis intenciones artísticas:

Paradójicamente, pues se trata de una película interpretada en su mayoría por personas sordas, el sonido era uno de los medios expresivos que más me atraían a la hora de trabajar en esa investigación cinematográfica de la que hablaba al principio. Así pues, si tenéis ocasión de ver la película en condiciones idóneas de proyección, aquellos que sois oyentes os podréis fijar en que hay muchos sonidos y que además están más altos de lo habitual: el exprimidor, la olla exprés, los coches, las motos, los autobuses, el viento, etc. Pero no sólo existen esos sonidos para que pueda recibir sensaciones el oyente sino que son elementos que se han buscado a conciencia y que se han filmado con la intención de crear también sensaciones diversas en las personas sordas que puedan ver esta película; así pues los coches y los autobuses en la parada de autobús pasan muy rápidos y en primer termino frente a la cámara; la olla exprés y el exprimidor están filmados muy de cerca; las ramas de los árboles al mecerse están filmadas también en detalle así como el pelo de Diana cuando está jugando en el patio y le golpea el viento sobre su cara…

Olla a presión. Elemento artístico usado para reforzar, por contraste, la presencia y la ausencia de sonido.  Imagen extraída del montaje original de Oblidant a Nonot.

Al mismo tiempo, también era muy importante para mi que esta película fuese compartida y comprendida tanto por personas sordas como por personas oyentes y de ahí la inclusión de los subtítulos en su versión original tanto para los diálogos en lengua de signos como para los diálogos orales. Pero además, quería que ese elemento del subtitulado, no sólo tuviese la función de permitir la comprensión de la película sino que tuviese, también, un tratamiento muy riguroso estéticamente; de ahí los colores y las ubicaciones de los subtítulos que, por ejemplo, le indican a las personas sordas algunos de los sonidos que he citado y que aparecen en la película: la olla exprés, el viento, los ambientes de patio, etc…

Mano de Diana que está indicando las letras que acompañarán a su dibujo de su gata Nonot. Imagen extraída del montaje original de Oblidant a Nonot.

Otras reflexiones:

Otro punto que me interesaba mostrar es que cualquier persona puede vivir los problemas que otras personas viven y que al margen de ser oyente o sordo, un  niño, una niña, un hombre o una mujer, puede sentir dolor cuando le han dado un balonazo o decepción si ha suspendido un examen o puede faltar un día a clase o puede tener ganas de comerse un helado; vamos, que los niños sordos pueden jugar a fútbol de la misma forma que lo hacen los oyentes o pueden tener sentimientos infinitos, pueden estar muy felices o pueden llorar o pueden tener amigos y tienen padres y madres y profesores en la escuela y van en autobús y corren y ríen y se enamoran y se enfadan como todas las personas que vivimos en este mundo; además quería hablar de que entre los niños sordos hay también niños con pecas y niños con gafas y niños de pelo largo y de pelo corto y niñas pelirrojas y niñas con los pies planos y niñas altas y bajas, y niñas de ojos azules y de ojos marrones y niños de ojos verdes y hay a los que les gusta el cine y a los que les gustan los ordenadores, los que tienen facebook, los que prefieren twitter; a los que les encanta nadar, los que prefieren leer, a los que les gustan los aviones y a los que les gustan más los barcos y los que saben de matemáticas y los que prefieren dibujar… Y que entre los oyentes sucede lo mismo; en definitiva, una de las cosas que quería transmitir es que todos tenemos sentimientos y todos disfrutamos y sufrimos, seamos oyentes o seamos sordos o seamos bajos o seamos altos y que en eso nos parecemos del todo aunque seamos por suerte todos muy diferentes.

Aitor, compañero de clase de Diana y de Laura, en un momento reflexivo durante una escena que transcurre en el patio de la escuela.  Imagen extraída del montaje original de Oblidant a Nonot.

Varios niños de la escuela Tres Pins jugando en el patio. Imagen extraída del montaje original de Oblidant a Nonot.

Por último, comentar que para mi es muy importante que las historias no queden cerradas y que al terminar de leer un libro, de escuchar una historia o de ver una película, el lector o el espectador tenga la posibilidad de imaginarse muchas más cosas que aquellas que el escritor o el director de cine o el pintor nos ha querido contar. Para mi es muy atractivo descubrir que cuando yo miro algo no sólo puedo ver aquello que estoy mirando o aquello que me están enseñando sino que puedo ver otras muchas cosas que no se ven a primera vista. Y esa mirada que puede ir más allá, no sólo es producto de tu propia imaginación sino también de que el que te explica las cosas crea en tu inmensa capacidad de imaginación. Porque tú también tienes una capacidad inmensa de imaginación por si no lo sabías.